Tomado del diario El Tiempo
Lío jurídico
tiene en el limbo al lago grande de El Peñón (Girardot)
7:32
p.m. | 12
de Julio del 2013
Este es el estado actual del lago. Espumas sobre la superficie, lamas y malos olores.
Foto: Rodrigo Sepúlveda / EL TIEMPO
La disputa por la posesión de este
atractivo amenaza el equilibrio del ecosistema.
El hábitat de varias especies de fauna
y flora en el que se convirtió, a través de los años, el lago artificial más
grande que tiene el Condominio El Peñón, en Girardot, está hoy en un limbo
ecológico.
Contaminación, peces muertos,
acumulación de espumas, sedimentos y olores nauseabundos hacen parte del
panorama que ofrece hoy este cuerpo de agua de 43 hectáreas.
Todo por cuenta de la batalla jurídica
que vienen librando desde hace años dos pesos pesados que se disputan su
pertenencia.
Por un lado, están los residentes de
ese lujoso veraneadero que reclaman la posesión del lago, luego de haberlo
administrado, mantenido y disfrutado desde su construcción hace más de 30 años.
Por el otro, está la Sociedad Camelot
Milenio que lo compró en 1999 por 2.440 millones de pesos al Acueducto El Peñón
(cuyo dueño era el constructor del condominio) y que tiene una demanda de
servidumbre en contra de El Peñón, porque a pesar de poseer los títulos del
predio, sus residentes no les han permitido el ingreso al mismo. El condominio
asegura que lo que busca Camelot es secar el lago, para construir casas y
canchas sintéticas.
La disputa se ha prolongado de tal
manera, que en abril pasado, los habitantes de El Peñón debieron dejar de
bombear agua desde el río Bogotá para cumplir con la Resolución 1382 de 2012, en
la que la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) les suspendió la
concesión temporal de agua que les había otorgado en el 2000. Esto, tras la
oposición que Camelot, en su calidad de dueño, hizo en el 2009.
Por eso los habitantes de El Peñón interpusieron
en dos ocasiones un recurso de reposición contra la decisión de la CAR
argumentando que la oposición de Camelot fue hecha por fuera de términos, es
decir, nueve años después, cuando debió hacerla en el momento en que se
solicitó dicho permiso.
No obstante y en hechos que según la
autoridad ambiental ya son materia de investigación disciplinaria, Camelot, al
parecer no fue notificado a tiempo de ese trámite y hubo dilaciones en el
proceso. “Durante los 12 años que duró el trámite la oportunidad procesal le
permitía a Camelot ejercer oposición en cualquier momento. Por eso, cuando
ellos presentan los títulos del predio y se oponen a la concesión de aguas
hecha por El Peñón, no pudimos desconocer la normatividad jurídica que dice que
solo el dueño puede solicitar tal permiso”, argumentó Olga Li Romero,
subdirectora jurídica de la CAR.
Para Álvaro Guzmán, gerente del
condominio, la CAR no solo decidió quién era mejor poseedor del lago, sino que
desconoció sus propios informes técnicos realizados en el 2011 y a principios
del 2013, en los que declara su importancia ambiental.
Por la suspensión del bombeo, los
habitantes de El Peñón denunciaron que el lago empezó a contaminarse hasta el
punto que ahora temen una emergencia sanitaria y pidieron la intervención de la
Contraloría General de la República, que visitó la zona el 24 y 25 de junio
pasados, y advirtió sobre el riesgo en el que se encontraba el ecosistema. “Se
requirió a la CAR para que diera explicación de las acciones que había
adelantado y de las medidas de protección y conservación que se tomarían para
garantizar las condiciones ambientales del lago”, señaló el contralor delegado
para el medioambiente, Mauricio Cabrera.
Tras evaluar sus informes técnicos, la
CAR expidió el pasado 24 de junio una medida preventiva para evitar un posible
daño al ecosistema por la falta de ingreso del recurso hídrico. Dichos informes
señalan no solo que se debe mantener un suministro regular de agua para
preservar el ecosistema, sino también la importancia que tiene para la zona,
por cumplir con funciones como refugio, anidación, paso y sobrevivencia de
aves, peces y reptiles. “La medida no le dio la razón a ninguna de las partes
involucradas sino que buscó prevenir un daño ambiental, por lo que es ajena a
cualquier proceso de concesión de aguas”, explicó Romero.
Además, esos informes señalan que el
lago podría llegar a tener las características de un humedal artificial, por lo
que ya se iniciaron los estudios para confirmarlo. De resultar así, la
corporación aseguró que realizará los trámites necesarios para declararlo como
tal y que elaborará un plan de manejo para establecer las condiciones y usos
que deberá cumplir el dueño, independientemente de la decisión que tomen las
autoridades judiciales sobre su pertenencia. “El objetivo es que prime lo
ambiental por encima de los intereses económicos”, dijo Romero.
Pero también se van a evaluar las
razones por las que el lago hoy está presentando indicios de contaminación.
Para ello, ya se tomaron muestras que fueron enviadas a laboratorio. Incluso,
una fuente de la CAR le dijo a EL TIEMPO que se está investigando si al lago le
enviaron agua sin tratar del río Bogotá, que se presume, habría sido captada en
un punto diferente a la bocatoma autorizada durante el tiempo que estuvo
suspendido el bombeo.
Por su parte, el condominio anunció que
pedirá ante el Tribunal de Cundinamarca la prescripción adquisitiva de dominio
del lago para Camelot, y que llevará el caso hasta la última instancia. También
anunciaron denuncias penales contra la CAR por haber violado el debido proceso
y haber puesto en riesgo al medioambiente.
Frente al tema, Rodrigo Rendón,
representante legal de Camelot Milenio, sostuvo que el interés de la sociedad
es conservar el lago y abrir la posibilidad de explotarlo como centro para la
práctica de deportes acuáticos.
“El bombeo de agua que autorizó la CAR
le prohíbe a El Peñón usar el recurso para riego de canchas de golf y zonas
comunes. De hecho, en carta fechada el 7 de diciembre de 2012, le informamos a
la CAR que nuestro deseo era que el lago mantuviera su nivel”, dijo Rendón.
Es la segunda emergencia
Esta sería la segunda emergencia a la
que el lago trata de hacerle frente. La primera ocurrió en el 2000 cuando el
Acueducto El Peñón –que era el que suministraba el agua para su sostenimiento
desde su construcción en 1978– entró en liquidación. Ese año, el condominio El
Peñón le solicitó a la CAR la concesión de aguas del río Bogotá y le explicó a
la CAR que la sociedad Camelot Milenio era la propietaria del lago desde hacía
un año. Como no hubo oposición de esa parte, la concesión de aguas se hizo de
manera temporal para evitar una crisis. Para ello, la CAR ordenó a El Peñón
construir una planta de tratamiento de agua que asegurara la calidad del
líquido enviado desde el río Bogotá hacia el lago. Sin embargo, nueve años
después, Camelot presentó oposición a la concesión de aguas, por lo que la CAR
le dio la razón con la Resolución 1382 del 2012. De acuerdo con el condominio,
Camelot también se ha opuesto a la relimpia del lago al que no se le retiran
sedimentos desde hace 30 años.
REDACCIÓN EL TIEMPO
No hay comentarios:
Publicar un comentario