Este tema de la
privatización de empresas de servicios públicos domiciliarios realmente es un
dolor de cabeza para quienes deben asumir la responsabilidad de desarrollar los
procesos de privatización, por las diversas posiciones que asumen quienes nunca
han tomado ninguna posición acerca del estado de esas empresas.
Para el caso de
Espuflan debemos recordar que la empresa siendo pública, con la intervención de
la política, pero en manos de una persona con capacidad gerencial, funcionó, se
modernizo para la época, y se levantó airosa desde la perspectiva financiera.
Yo recuerdo que la última gerencia proactiva con noveles de eficiencia,
eficacia y productividad la ejerció la Ingeniera Mireya Sáenz Trujillo. Entregó
a Espuflan con superávit, con pasivos laborales y pensiónales manejables, y sin
deudas por concepto de insumos y de energía eléctrica. Y hasta le dejo al
municipio una planta de tratamiento aguas residuales, que ningún otro municipio
en el entorno hoy tiene. Convirtiendo a Flandes en líder en este aspecto.
Desde el momento en
que ella entregó la Gerencia, la empresa empezó un proceso de deterioro que se
ha prolongado por una docena de años en los que las finanzas de la entidad de
servicios públicos terminó convertida en la caja menor de los Alcaldes de
turno. No se puede decir lo mismo de los gerentes, porque los gerentes en su
mayoría han sido pusilánimes administrativa y ejecutivamente y solo se
remitieron a cumplir las órdenes que les impartían sus alcaldes en unos casos y
en otros casos actuaron politiqueramente, por esa razón ninguno de esos
gerentes hoy tiene liderazgo activo entre la población de Flandes.
Ahora dándole el
enfoque que tiene el Alcalde Telesforo Bernal de la situación, resulta lógico y
racional que el tome una medida de esta naturaleza, porque está absolutamente
convencido de que su compromiso es no dejar pasar la oportunidad histórica de
remendar este activo del municipio, cuyos beneficios no necesariamente son solo
en empleos, o en recursos para que la administración pública disponga, sino que
está dado en unos servicios de calidad que le garanticen a la población el
acceso a los servicios de acueducto, alcantarillado y aseo en unas condiciones
de comodidad para la población. Y que los servicios con una óptica de manejo
eficiente vayan de la mano con el desarrollo del municipio.
Yo avizoro que tiene
razón el Alcalde, al tomar esta decisión con alto económico, como es la ineficiente prestación del servicio de acueducto. Un pasivo impagable
para esta empresa en condiciones del futuro de la misma.
Uno de los problemas
que impiden la operatividad en condiciones de normalidad es la alta
politización de las decisiones de la empresa, donde cada quién de acuerdo a su
interés político quiere incidir en las decisiones de la empresa, un sindicato
de trabajadores miope que no ve, que la liquidación de la empresa los dejará
sin ingresos de manera dramática, cuando ya están acostumbrados a un modus
vivendi.
Por otra parte vale la
pena sopesar las experiencias que en materia de privatización de los servicios
públicos han tenido otros municipios como Girardot, Agua de Dios, Tocaima,
Melgar. Yo creería que estas experiencias no se pueden pasar por alto.
En Girardot por
ejemplo se realizó la denominada capitalización de Acuagyr S.A. y por la manera
como se elaboraron los pliegos se le suprimió al municipio la probabilidad de
hacer exigencias en los casos en que se viera incumplimientos en lo propuesto
por los oferentes. La Empresa AX2 que salió favorecida en la oferta no le dio
cumplimiento a casi ninguna de sus propuestas y realmente el municipio no contó
con un instrumento para poder exigirle el cumplimiento a estos inversionistas,
que primero llegaron diciendo que venían de Francia y de Francia solo sabían
que la capital era París y que tenía un banco popular allí que se llamaba
Leonnays, durante la socialización de la oferta dijeron que invertirían un
total de 20 millones de dólares un periodo de 5 años y construirían plantas de
tratamiento de aguas residuales entre otras cosas y etc. etc. En Agua de Dios y Tocaima, los
alcaldes de turno firmaron un contrato con Aguas del Magdalena una empresa que
luego estuvo bajo el control de los más populares ladrones de cuello blanco conocidos
como el clan de los Nule.
Y una experiencia
dolorosa y costosa para Melgar fue la empresa Hydros de Melgar, que llegó a
generar un nivel de desesperación entre los habitantes que provocó protestas
que de pacificas pasaron a violentas y que dieron como resultado numerosos
heridos y hasta una persona perdió la vida en esas revueltas de protesta por la
carencia del servicio de acueducto, especialmente en una ciudad que fundamenta
su economía en el sector turístico. Al final Melgar retomó el control, pero
debido a que la concesión dejó una ventana para obligar a la prestación de un
servicio eficiente o para retomar la ejecución en la prestación del servicio.
No se si los pliegos
que presentó el municipio, ofrecen todas las garantías a la ciudad de que
tendrán un optimo servicio prestado por el operador que en su propuesta gane la
licitación. Es el meollo del asunto, ahora, yo creo que si la licitación le dá
cabida a todos aquellos que quieran presentar propuestas serias para ser los
adjudicatarios de este bien del municipio, seguramente puede contener
propuestas de empresas grandes y reconocidas nacionalmente, pero si la
licitación viene manipulada y acomodada, seguramente aparecerán una serie de
empresas chichipatas que solo buscan negocios para su propio beneficio y que
con el apoyo de servidores públicos mediocres o corruptos se alzaran con la
joya de la corona. Que espero no sea lo que ocurre en Flandes.
Hacer un buen negocio
con gana gana para todos es lo que significa que los pasivos de Espuflan no los
tenga que pagar el municipio a costas de sacrificar la inversión pública y con
una carta de donación de este activo del municipio a un inversor de cualquier
naturaleza. No se puede tomar la premisa de que a un inversor hay que darle los
resultados de una inversión sin que el asuma ciertos riesgos, se hace costumbre
que a un inversor el municipio tiene que regalarle todo para que opere,
entonces es donde salen los inversionistas con los millones del número de la
cédula y luego vemos desaparecer estas empresas en medio de los lamentos como
ocurrió con la ERAS empresa regional de aseo, que le fue entregada a unos
inversores con cédula y saquearon el patrimonio de la empresa hasta que la
acabaron. El Municipio no preservó métodos para recuperar su dominio en la
prestación del servicio. Como si lo hizo el Alcalde Gustavo Petro con las
basuras en Bogotá, que le trajo al sector público nuevamente la prestación de
este servicio.
Flandes puede y debe
entregar esta actividad al sector privado, pero debe conservar los mecanismos
de protección de una actividad que de no prestarse en niveles de eficiencia
afectará la vida ciudadana de manera significativa y lograr que el inversor
asuma riesgos que le signifiquen beneficios al municipio, que le pague
impuestos al municipio y que le retribuya una parte de las ganancias en el
negocio. No como acontece con la ETG que siempre presenta perdidas en sus
estados financieros y su manejo entró en obsolescencia e ineficacia. Su baja
competitividad la tiene casi muerta en vida, pero los pasivos de esta empresa
los debieron asumir en su totalidad los inversionistas.
Es natural que la
gente se preocupe por estos temas de privatización, porque también son muchos
los ejemplos en los que se ha conocido el interés de los políticos por hacer
suya una actividad como esta, en una actividad empresarial que tiene una
factura fija, con unos clientes inamovibles, con una tarea de mercadeo valorada
en cero pesos, solo es eficiencia en la prestación del servicio y eficacia en
los resultados.
Es comprensible que la
gente piense que Pacific Rubiales que dice ser una multinacional Canadiense,
que solo tiene operación de exploración y explotación petrolera en Colombia, es
una empresa de colombianos, que han tenido poder político para entregar
licencias de exploración y explotación petrolífera a través de concesiones
manipuladas con una legislación acomodada para beneficiar a estos presuntos inversores extranjeros, pamplinas es toda una patraña.
Es lo que no queremos
ocurra en Flandes, pero también se deben observar las razones del gobierno para
tomar tamaña decisión.
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