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Este Cabildo Abierto permitirá a los girardoteños obtener información actualizada de los sucesos y acontecimientos en Girardot y de manera reflexiva tener una óptica de las diferentes situaciones que se vivan en la ciudad. Se trata de un espacio para interactuar y tratar cada temática a través de un lenguaje comprensible, fácil de leer, pero que guardará respeto por todos los lectores, los internautas y quienes por razón de su misión deban ser objeto de observaciones o de criticas, las cuales pondremos especial empeño en hacerlas constructivas y modificadoras de las actuaciones cuestionadas. Su principal mandamiento será la ética informativa. Su segundo interés es crear un espacio para el debate sano, creativo y de ideas en la búsqueda de hacer de Girardot una ciudad cada vez mejor. Tenemos todo para hacer de Girardot una ciudad que multiplique las oportunidades, solo nos falta sentido de compromiso y pertenencia con esta ciudad que para los visitantes y extranjeros es un paraíso, hagamos que Girardot sea un paraíso para nosotros.

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viernes, 21 de junio de 2013

Los megacontratos importan más a la administración que restaurar los valores cívicos

Y lo decía de manera muy contundente el sociólogo y escritor Enrique Santos Molano en su ensayo “Ciudadanos sin civismo” publicado en el diario El tiempo del 21 de junio de 2013, las sociedades requieren definitivamente de implementar un proceso de educación de los ciudadanos que debe iniciarse desde el primer año de enseñanza elemental para pensar que la sociedad debe girar hacia una paz nacida del respeto hacia los demás.
Se refiere en su nota a la “historia de la basura en Bogotá” y el mismo cuando planteo la charla teniendo como elemento básico de su conferencia a la basura interiormente sonrió porque evidentemente se podía pensar que la chara era un cuento de humor, ¿Historia de la basura? Que sería eso? Seguramente se preguntarían los curiosos que se aprestaban a oír la charla. Y en realidad como el mismo lo contó lo que hizo fue un recorrido en el tiempo a través de los titulares de prensa que durante décadas hicieron énfasis en que la capital ha estado atestada de basuras y el problema aún no se resuelve y forma un aspecto crucial de la historia no deseada de la ciudad.
Y concluye que la situación se desprende de “la falta de civismo de sus habitantes y el poco o ningún empeño de las autoridades de proporcionar, desde las aulas, en las calles, en los hogares, la educación para contrarrestar ese vicio”.
Pero si por allá llueve por aquí no escampa, es lo que podemos concluir por el comportamiento de los ciudadanos de la Villa de las Chivatera, que se ha vuelto una costumbre arrojar todo tipo de residuos, basuras, y escombros en vías, espacios públicos, separadores de avenidas, canales de aguas lluvias, lotes abandonados entre otros.    
Asegura el ensayista que el problema para esa comprensión de los deberes cívicos que implica vivir en una comunidad urbana, ya se trate de una gran metrópoli o de una ciudad pequeña, consiste en la precaria o ninguna educación cívica que reciben los niños en los colegios, en las escuelas y por supuesto en sus propias casas.

Lo que puso en práctica el entonces alcalde Antanas Mockus, con éxito que todos vimos, y que le hemos reconocido y aplaudido, fueron sus programas de pedagogía urbana como ‘Cultura Ciudadana’. La cual paulatinamente se ha ido perdiendo poco a poco por la cultura bárbara de las expresiones de los “barras bravas” que es la típica modalidad de la cultura actual.

Y como si Bogotá fuera el gran ejemplo de todas las tendencias culturales de la sociedad colombiana, los alcaldes de los pequeños municipios de Colombia siguen este tonto ejemplo y ninguno absolutamente se preocupa más que por hacer megaobras y megacontratos, que por crear valores cívicos, sin los cuales las megaobras se convierten en despilfarros monstruosos y generan toda suerte de Nules, Tapias, Gómez, Inocencios y demás fauna contratista y ladrona.

Y es doloroso ver cuando se va transitando desprevenidamente como los mal educados ciudadanos arrojan todo tipo de mugre a la calle y a veces hasta una bolsa de agua o una caja de chiclets  usted ve cómo la gente cuando va por la calle las tira en las aceras, aunque tengan a su lado un bote de basura. Y si de pronto a usted en su buen comportamiento ciudadano le llama la atención por esta actitud ve como le responden a madrazo limpio y su reacción es  típica de fieras salvajes y debe huir del lugar sino quiere terminar como victima de una agresión de grueso calibre. 

y mientras tanto nuestras pantalleras autoridades siguen haciendo alarde de la utilización de los recursos públicos en obras que aunque llevan ya 6 meses contratadas aun no se inician, y aspectos de desarrollo social como es la educación civica quedan en el olvido por cuenta de la arrogancia de los poderosos actuales.

Y el ensayista propone que esta misma triste historia quizá podría interrumpirse si las autoridades educativas implementaran, desde el primer grado de enseñanza elemental hasta el último grado de la enseñanza básica secundaria, una cátedra denominada ‘El respeto al derecho ajeno es la paz”, y se les enseñara a nuestros niños y a nuestros jóvenes, y ellos a su vez lo enseñaran a sus padres y a los adultos, en qué consiste el respeto al derecho ajeno, y cómo el derecho ajeno es al mismo tiempo el derecho propio. Entonces la penosa relación histórica entre la ciudad y la basura, el desaseo, la ausencia de civismo, cambiaría por una nueva historia de conciencia cívica, de cultura ciudadana, de respeto a los derechos de los demás.



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