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Este Cabildo Abierto permitirá a los girardoteños obtener información actualizada de los sucesos y acontecimientos en Girardot y de manera reflexiva tener una óptica de las diferentes situaciones que se vivan en la ciudad. Se trata de un espacio para interactuar y tratar cada temática a través de un lenguaje comprensible, fácil de leer, pero que guardará respeto por todos los lectores, los internautas y quienes por razón de su misión deban ser objeto de observaciones o de criticas, las cuales pondremos especial empeño en hacerlas constructivas y modificadoras de las actuaciones cuestionadas. Su principal mandamiento será la ética informativa. Su segundo interés es crear un espacio para el debate sano, creativo y de ideas en la búsqueda de hacer de Girardot una ciudad cada vez mejor. Tenemos todo para hacer de Girardot una ciudad que multiplique las oportunidades, solo nos falta sentido de compromiso y pertenencia con esta ciudad que para los visitantes y extranjeros es un paraíso, hagamos que Girardot sea un paraíso para nosotros.

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martes, 11 de febrero de 2014

El periodismo girardoteño no tiene visión de nuestra realidad

Los diferentes medios de comunicación local en su mayoría pareciera que tienen periodistas con graves deficiencias de visión, pues al parecer no ven el estado en que se encuentra la ciudad y el grave deterioro a que viene siendo sometida toda su infraestructura, vial, escenarios deportivos, escuelas, parques y zonas verdes, plaza de mercado, y el mismo palacio municipal.
Y los periodistas en su mayoría con muy contadas excepciones se refieren a esta falta de gestión administrativa por parte de la administración ESCOBAR con los más amplios elogios, lo que naturalmente deja desconcertados a todos los girardoteños que día a día ven como se deteriora la infraestructura que tanto esfuerzo y años de incansable dedicación le ha significado a la ciudad.
El alcalde ESCOBAR GUINEA con su tono grave de voz pretende convencer a la ciudad que hace toda la tarea meticulosamente, pero en lo que va corrido de su periodo de gobierno, solo puede mostrar por lo menos un centenar de policías acostados o reductores de velocidad que a un elevado costo se ha esmerado en construir en todas las calles de Girardot. Y actualmente los policías acostados se cotizan a un precio muy elevado. Hasta ahora se muestra un tramo de aproximadamente 100 metros frente a una obra de apartamentos en la avenida 40 cruce con la vía al Peñon y otro tramo que se inicio por estos días al frente de los Nogales en la avenida 24.
Es alto el número de escuelas que registran abandono y sus instalaciones requieren obras de mantenimiento urgentes, el estadio municipal es un monumento al abandono y hoy que el fútbol de segunda división lo reclama, no se sabe a ciencia cierta cuál será la tarea del gobierno en su recuperación, de los famosos conciertos no quedó sino la basura, los daños a la monumental obra y el recuerdo de la bailada en la mente de algunos de los asistentes.
La ciudad ha estado expuesta en los dos años en manos de funcionarios que poco a poco han dejado de ejercer el control en muchos campos y que pervierten la función pública, que solo en épocas preelectorales muestran no todos, alguna intención de servir.
Y no solo la infraestructura de la ciudad está hecha un caos, también el uso del espacio público está anarquizado, la ineficiencia de la Secretaría de Transito contribuye con el mayor volumen de abuso en el uso del espacio público y la Secretaría de Gobierno y la llamada Dirección de espacio de espacio público.
Las zonas demarcadas prohibido estacionar son la clara muestra de la falta de autoridad que existe en la ciudad, vehículos de todo tipo especialmente motocicletas aparcados en zonas peatonales, es la falta de acción efectiva de la Secretaría de Tránsito, la que responde por la movilidad en las vías y por el control vial que no se ve por ningún lado. Todo se queda en escaramusas de control a los motociclistas para obligarlos a portar todos sus documentos al día, pero los infractores de prohibido parquear, semáforos en rojo, giros prohibidos y transitar en contravía, o llevar parrillero hombre, no tienen ningún control y cada quién hace lo que mejor le da la gana y la ciudad es líder en el caos y la anarquía en las vías.
Y a este caos ha contribuido con su cuota la oficina asesora de planeación que no se sabe con que criterio viene dejando que los particulares se tomen franjas de espacio público enfrente de sus locales o residencias para construir encerramientos, escaleras, materas o cualquier tipo de obstáculo para el libre uso del espacio público. Hasta la Alcaldía le cercenó por cerca ya de dos meses a los ciudadanos el uso, goce y disfrute del parque Sucre o Plaza de Bolívar, y al parecer la carpa que se instaló en el lugar amenaza quedarse de manera permanente en el lugar, el que le fue entregado sin consultar el interés general a una empresa de recreación que ofrece patinaje sobre el hielo. Y que dirá al respecto el despacho del Señor Procurador Provincial, por este uso inadecuado del espacio público que vienen realizando los particulares con el visto bueno de la administración, desoyendo todas las disposiciones constitucionales y legales al respecto. Al personero si ni le preguntamos porque este funcionario se ha destacado por ser mudo frente a las responsabilidades del ministerio público en lo local. El pobre señor no dice esta boca es mía.   
En las zonas aledañas a la Plaza de Mercado Galería Central resulta cómico, como después de que durante varios años se logró mantener a los lichigueros en orden y controlados, dentro de la Plaza y el Centro de Acopio, hoy se tomaron nuevamente las calles y parece que no se ha implementado un programa serio encaminado a la defensa del espacio público. El grupo de indisciplinados vendedores en zorras durante estos dos años han impuesto las condiciones porque la administración se muestra incapaz de acomodarlos. Las calles del entorno del centro se las tomaron los vendedores de líchigo, frutas y todo tipo de productos. Son estos mercaderes los que imponen el desorden y detrás de ellos se instalan todo tipo de ventas, desde ventas de pandeyucas y almojábanas, hasta ventas de mercancías importadas, entre las que se encuentran bolsos, ropa, zapatos tenis, comidas preparadas entre otras.
De manera desprevenida cualquiera diría, -Pero si la gente no tiene trabajo- Pero lo que no se imaginan es que la mayoría de estos mercachifles viene de otras localidades porque se dieron cuenta que la metrópoli del sol, es buena para desarrollar todas sus actividades, mientras que a los propios si se les perseguiría sin cuartel.
Pero este grupo no es el único que conforma la gama de abusadores en el uso del espacio público, también se volvió tradicional que los denominados taiwanes se tomen de manera muy folclórica el espacio público y hasta la fecha no ha habido poder humano que los haga respetar la norma que protege el uso del espacio público. Colocan sus mercancías en las fachadas y puertas e irrespetan de manera flagrante a la ciudadanía a la que le restringen el uso, goce y disfrute del espacio público, porque en buena parte de las zonas peatonales de la ciudad en áreas de intensa actividad comercial se las toman y lanzan a la calle a la calzada sin ningún recato a los peatones. Y quién dijo miedo.
Hay locales comerciales en las inmediaciones de la Plaza de mercado que se apoderaron del espacio público y colocan vallas que forman barreras, pero que les permite a esos comerciantes parquear sus vehículos particulares allí de manera exclusiva y si algún desprevenido parquea pues de una, los “prestantes” comerciantes los van sacando con cajas destempladas, asegurando que el sitio es de uso exclusivo y en efecto colocan las vallas con las leyendas “Prohibido Parquear aquí”.
También afectan el espacio público las ventas de celulares empresas locales que pareciera que no fueran espacios de venta de estos equipos de tecnología de comunicaciones, sino cantinas de mala muerte, porque no existe en la ciudad agencia de venta de teléfonos celulares que no cuente con su ruidoso equipo de sonido ubicado en la vía pública. Esto también vulnera el uso del espacio público y además genera contaminación auditiva. Pero esto de los equipos de sonido no es de exclusivo manejo de bares, cantinas, discotecas, salones de baile, centros nocturnos, casas de lenocinio, que de por si intranquilizan a todo el mundo, sino que se convirtió en una práctica recurrente de todo aquel que comercializa cualquier producto, llámese almacenes de ropa y calzado, supermercados y hasta carnicerías, forman una barahunda que genera altos niveles de estrés entre la población.
Este flagelo afecta a los habitantes de Girardot, en la zona céntrica, y en las zonas comerciales de Barrios como el Kennedy, Buenos Aires, Gaitán, La Estación, Rosa Blanca, Santander, entre otros, pone en ascuas a los habitantes de dichos sectores, especialmente porque los propietarios de estos negocios, no tienen escrúpulos para utilizar el espacio público como si fuera propio.
Son varios los frentes en los cuales la administración del señor Escobar no da signos de vida, su gobierno no le hace ejercicio de control a la empresa Serambiental, seguramente no está en su óptica de prioridades por tratarse de una empresa privada, pero la ciudad presenta varios puntos críticos a intervenir que de acuerdo a la norma se deben censar y de manera conjunta, gobierno, empresa de aseo y autoridades de policía aplicar sin dilaciones el comparendo ambiental a los infractores.
Los vecinos de la calle del diablo, del cartucho o mejor la calle 11, son los directos afectados por la falta de control a los infractores que sin ninguna prevención arrojan basuras a lado y lado de la entrada del parqueadero de Kompremos, en una zona de alto tráfico vehicular y paso obligado de peatones incluso de visitantes que desean conocer el centro de la ciudad. Que espectáculo tan deprimente los botaderos a cielo abierto conocidos por todos que son el coco de esta administración.
Por otra parte las obras de empresas de servicios públicos, que sin previo aviso, sin pedirle permiso a nadie, rompen pavimentos, zonas peatonales y restringen el paso de peatones y vehículos sin mayores miramientos.
Por todo este caos que se genera, que es la muestra de lo que la mayoría de los girardoteños cotidianamente observa es que sacamos una idea de lo que ha sido la tarea de la actual administración, y que es lo que reitero los defectos visuales de los periodistas no les permite ver.
Y curiosamente este año volvieron los mercados para los ciudadanos pobres, que se comenzaran a entregar por estos días previos a las elecciones del 9 de marzo, en las que se escogerán senadores y representantes, y volvemos a ver nombres como el de Juan Carlos Restrepo ESCOBAR, quién hace cerca de 12 años estuvo por estas tierra se llevó los votos y jamás dijo esta boca es mía. Y así como este no bien recordado senador actualmente reparten lechona y otras prebendas varios reconocidos candidatos a la cámara y otros no tan reconocidos, pero con ínfulas de llegar al círculo de la codiciada mermelada que puso de moda el gobierno uribista.

P.D. La vía que va sobre el Nogal la está realizando el Municipio con dineros de la Nación, y con la valla que colocaron allí, me asaltan las dudas a quién le está agradeciendo el gobierno dicha obra, pues la pancarta reza “Gracias, Señor Escobar”. Entonces uno no sabe, si es al Escobar el Papá, si es a Escobar el hijo o es a Escobar el candidato. Claro que finalmente todos cobraran merito, pero los únicos que se llevaran el efectivo son los contratistas, los comisionistas de la mermelada y los funcionarios corruptos que darán su visto bueno a todo lo que allí quede. Estas obras con dineros públicos de todos seguramente remendaran un pedazo de pavimento, pero los directos beneficiarios serán unos pocos. Por estas razones anuncio desde ya mi voto por opciones totalmente distintas a las enunciadas y le pido a los girardoteños que no vendan su conciencia por un mercado o por un  billete de 50.000, que lo que están entregando a través del voto es el patrimonio de la nación a unos congresistas corruptos y que cada día se roban hasta el último peso del erario público.